Los peluches en el cuarto de los niños

Los peluches son en muchas ocasiones los juguetes preferidos de los pequeños y, además, un elemento de decoración en la habitación infantil
Por EROSKI Consumer 26 de marzo de 2013
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Imagen: JD Hancock

Los muñecos de peluche acompañan el crecimiento de los niños y, a menudo, algunos se convierten en el juguete más querido e, incluso, compañero de sueño y de viaje. Pero no solo eso: bien organizados, estos muñecos proporcionan una decoración agradable y divertida a la habitación de los pequeños. Si cada uno tiene asignado un lugar, será más fácil guardarlos y encontrarlos después. Este artículo detalla cómo organizar en estantes los peluches en la habitación de los niños, la posibilidad de guardarlos en cajas, redes y pufs y cómo cuidar y mantenerlos en buen estado.

Cómo organizar en estantes los peluches en la habitación de los niños

A menudo, los peluches se convierten en los juguetes más queridos por los niños. Muchos se acostumbran a dormir con ellos, se sienten acompañados cuando los llevan consigo, les asignan un nombre y hasta una personalidad. El peluche puede ayudar a aprender conceptos relacionados con la identidad, el afecto y la protección.

Conviene ordenar los peluches en estantes, sentados o tumbados, según la posición natural de cada muñeco

Pero, más allá de estas características, ¿cómo organizar los peluches en la habitación de los más pequeños? Es importante que los muñecos tengan su lugar para evitar que estén siempre desparramados o tirados por cualquier parte.

Los estantes facilitan una excelente manera de organizar los peluches en la estancia, ya que se otorga a cada «personaje» su posición más apropiada. En general, a los osos conviene sentarlos y a los perros, tumbarlos o apoyarlos sobre las cuatro patas. Si se colocan ordenados en un estante, al niño le gustará verlos «expectantes», a la espera del momento en que él pueda jugar con ellos.

Cajas, redes y pufs para guardar los juguetes

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Imagen: Horia Varlan

Otra posibilidad para ordenar los muñecos son las cajas o redes, donde los muñecos se lucirán menos, pero quedarán más protegidos. Además, los niños (y los adultos) tendrán la seguridad de saber dónde encontrarlos cuando los busquen.

También las cajas o las redes son útiles para aprovechar el espacio disponible debajo de las camas o en el interior de un armario. Estas alternativas son muy buenas cuando el dormitorio y la casa en general son de dimensiones reducidas.

Si se guardan en una red, se pueden inventar nuevos juegos. Es posible colgar la red en una pared o del techo e invitar a los pequeños a que, en el momento de guardar los juguetes, jueguen a «encestarlos» en la red.

Una variante original son los pufs sin relleno, diseñados para guardar los peluches en su interior. Para su fabricación, se debe tener en cuenta que la tela sea resistente y de uno o varios colores brillantes, ya que de este modo alegrarán la decoración del cuarto infantil.

Cómo cuidar y mantener los peluches en buen estado

Los peluches se pueden limpiar en la lavadora, protegidos en una bolsa o red de tela y con un poco de suavizante

Para conservarse en buen estado, los peluches necesitan ciertos cuidados, sobre todo, relacionados con la limpieza. Es importante evitar que acumulen polvo, aunque en ciertos casos es muy difícil.

Los muñecos más simples se pueden limpiar en la lavadora, aunque se deben guardar en una bolsa o red de tela, como protección contra daños dentro del tambor. Con un poco de suavizante, la superficie de los peluches quedará sedosa y con brillo. Para secarlos, conviene aplicar un centrifugado suave y evitar la secadora.

Otros peluches no se pueden limpiar en la lavadora, bien porque son demasiado grandes o bien porque son más delicados o tienen algún mecanismo en su interior y, por lo tanto, no se pueden sumergir en agua. En estos casos, la limpieza debe hacerse con la aspiradora -con el accesorio de cepillado- para quitarles el polvo acumulado. También quedan bien con un trapo húmedo.

El momento de limpiarlos es la ocasión adecuada para verificar el buen estado de los muñecos. Sobre todo cuando los utilizan los niños de menor edad, es fundamental revisar que los elementos pequeños, como ojos, nariz o bigotes, están bien sujetos. Así se evita que el niño se los lleve a la boca y pueda atragantarse.

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